El Gobierno de Espartinas continúa empeñado
en seguir manteniendo sus viejas costumbres basadas en el “porque yo lo digo,
porque yo mando”. No están dispuestos a ceder aunque eso signifique hacer
teatro cada vez que se hable de la libertad de información inexistente en
Espartinas. Por eso un día el Sr. Salado anuncia mirando a la cámara que los
ciudadanos podrán grabar los plenos y otro día rescata normas vergonzosas que
limitan este derecho en mi pueblo.
El pasado 23 de septiembre en un pleno
ordinario el Sr. Salado aseguraba que a partir del siguiente los ciudadanos
podrían grabar libremente las sesiones, difundirlas y acceder sin ningún
obstáculo a los debates con cámaras. Pero tan solo un mes más tarde, el 31 de
octubre, recupera unas normas absurdas e inconstitucionales para regular el
derecho a la libertad de información en Espartinas. Estas normas consensuadas
por todos los partidos de la oposición hace más de una año y aprobadas por
segunda vez en Espartinas, le guste o no le guste al Sr. Salado, vulneran el
derecho de todos los ciudadanos a informar en libertad.
La ‘Norma-Trípode’ fue elaborada por miembros
de los grupos políticos con representación en el consistorio espartinero. El
reglamento de funcionamiento orgánico del propio ayuntamiento hasta el momento
no recogía que las sesiones plenarias, aunque públicas, pudieran ser grabadas y
difundidas, y que encima esas grabaciones las pudieran realizar los propios
ciudadanos. Qué locura, ¡simples vecinos grabando las palabras de los
representantes!, ¿y si se les escapaba algo que no debían decir? Un Equipo de
Gobierno como el del Sr. Salado, acostumbrado a tener de público a no más de 3
personas, no podía tolerar que las sesiones plenarias se conocieran por un
pueblo de casi 15.000 habitantes. Una cosa es que PSOE con su ‘Gota’, IU con su
‘Voz de la cIUdadanía’, y los demás partidos con sus diferentes publicaciones
hicieran “política” e informasen a los vecinos, y otra muy distinta es poner en
manos de la opinión pública las sesiones íntegras, con sus debates y sus
acuerdos. Sueldos de los políticos, decisiones urbanísticas, acuerdos
económicos, destino de los impuestos, etc. son asuntos delicados que según el
sesgo producen en los ciudadanos una u otra reacción. Los grupos políticos
(todos), hacen su trabajo después de los plenos. Como es lógico cada uno de
ellos versiona la realidad de lo ocurrido en estos debates. Una cámara que
grabe la sesión de principio a fin, cada intervención, cada palabra, es un inconveniente
para los que en sus publicaciones partidistas son héroes políticos. De ahí que
la ‘Norma-Trípode’ solo establezca 7 permisos/acreditaciones y que 5 de ellas
estén en manos de los propios partidos políticos. Hay un dudoso interés en que
los partidos tengan poder sobre las “autorizaciones” que se establecen para
poder grabar. Algo parecido podemos pensar si analizamos las molestias que se
han tomado los padres de la ‘trípode’ otorgando prioridad a los medios internacionales
y nacionales sobre los locales. En lo último en lo que pensaron los padres de
la ‘trípode’ fue en el derecho a informar que tienen los espartineros, aunque
sea uno solo el que quiera grabar un pleno. Y fue de lo último que se ocuparon
porque lo que a ellos les interesa es “quedar” bien, cueste lo que cueste y se
pisen las cabezas que se pisen. Por eso molestó tanto a la “izquierda”
espartinera que se le criticara su primera votación a favor de la normativa de
la vergüenza. Y por eso ahora, en la 2ª votación para instaurar este reglamento
se han separado de la línea de los que parece no haberse enterado de lo que va
la película.
Tienen mucha culpa, tanto los que hicieron
estas normas como los que las aprobaron por primera y segunda vez. Tienen la
misma responsabilidad los que teniendo realmente el poder de poner punto final
a esta situación la prolongan ganando tiempo y despistando la atención de la
ciudadanía sobre otros asuntos como la no bajada del IBI, la falta de
servicios, la desaparición de 17 millones de euros de las arcas municipales o
la desinformación crónica que padecemos. Sí, todos
son culpables de esta normativa de la vergüenza. Unos por consentir y otros por
mirar hacia otro lado. Unos por vender la hazaña como un regalo al pueblo que
tanto quieren y otros por seguir lanzando piedras sobre aquellos movimientos
ciudadanos y vecinos que siguen peleando por el reconocimiento de un derecho
que unos pocos disfrazados de buenos gestores intentan seguir bloqueando.
El uso de trípode obligatoriamente para
grabar un pleno espartinero, independientemente del dispositivo que se utilice
para ello, es de risa. Igual que lo es que un ciudadano tenga que pedir permiso
y solicitar al ayuntamiento una acreditación para ejercer un derecho que ya
tiene. 'Nuevas Generaciones' de Espartinas lo ven muy normal eso de tener que
pedir permiso incluso en un Estado de Derecho como en el que vivimos. Me decían
muy convencidos en tuiter que “en
Espartinas hay derecho a la libertad (supongo que de información). Ha quedado muy claro que cualquier persona
que quiera puede solicitar grabar el pleno”. Pero para perlas las del
encargado de informar desde el perfil oficial del Partido Popular de
Espartinas. A la pregunta ‘¿qué es para vosotros ‘Libertad de Información’?’,
contestaba lo siguiente y también muy convencido de llevar la razón: “Informar es contar los hechos. Libertad es
actuar sin coacción. Y aceptar una respuesta distinta a la esperada es
respeto”.
Este es el nivel de nuestros representantes
en Espartinas. Nos montan una normativa cobarde en dos días. Pactan con el
Gobierno en la intimidad de reuniones a las que nunca tendrán acceso los
ciudadanos, y por lo tanto sus palabras y acciones jamás verán la luz. Tampoco dudan
en subirse al carro que más votos pueda acarrearles si detrás hay un número
considerable de ciudadanos insatisfechos con la gestión de los que ahora ya
están.
La respuesta de mi alcalde a mi último
escrito pidiendo por las buenas ‘Libertad de Información’ para Espartinas ha
sido rápida. Una semana ha tardado en llegarme su carta. “Siento discrepar del contenido del mismo (refiriéndose a mi
escrito del 31 de octubre contra la ‘trípode’), puesto que las normas sobre grabación de plenos ni son absurdas ni
condicionan o restringen el derecho de los ciudadanos”. Y parece que basa
su argumentación en que “las
mismas fueron ya aprobadas por el Pleno Municipal en noviembre del año anterior
por unanimidad de todos los Grupos Políticos que conforman la Corporación”.
Es decir, ¿debo entender que si hay una mayoría que aprueba una ley injusta,
esa ley deja de serlo? ¿Debo entender que porque 5 grupos políticos se hayan
puesto de acuerdo en restringir un derecho fundamental, los ciudadanos no
tenemos razón? ¿Debo entender que ninguno de estos 5 partidos políticos se ha
leído la Constitución Española? ¿Debo entender que vuestro argumento sigue
siendo ‘porque yo lo digo, porque yo mando’?
Señor Salado, la ‘trípode’ es tan absurda
como las mentes que se encargaron de pedirla de forma cómplice, de hacerla a
sabiendas de que era injusta y de votarla hasta en dos ocasiones.