viernes, 2 de enero de 2015

SOBRE HERENCIAS Y ACTIVISTAS


Hace meses buscando unos documentos di con una caja olvidada en el trastero de casa con objetos personales de mi padre. Mi madre me estaba ayudando a sacar libros y fotografías cuando apareció de repente. Era la grabadora de mi padre. Casi intacta, aún tenía la cinta que supuestamente estaba utilizando cuando el aparato dejó de funcionar la última vez. Mi madre admitió que se trataba de la grabadora que mi padre se llevaba a los Plenos Municipales en 1993, un año antes de su muerte. Mi padre se guardaba la grabadora en un bolsillo de su americana y se sentaba en primera fila del salón de plenos. Supongo que desconocía que estos actos eran (y son) públicos, que no hacía falta que ocultara el aparato. Yo se lo habría explicado con toda la documentación que he ido acumulando durante años, con todo lo que me han enseñado otros amigos y compañeros. Le habría dicho que la libertad de información, esa que él ejercía sin ser consciente, es un derecho que ya peleó en su juventud, y que ganó. Habríamos grabado plenos juntos de no ser yo tan pequeña e inconsciente por aquellos años. Habríamos grabado plenos juntos si su destino no hubiera sido morir joven. Habríamos discutido sobre mi impulsividad y mi genio a la hora de hacer las cosas. Habríamos estado en el mismo barco en esto y en otras tantas historias, qué duda cabe de eso. Mi madre, cómplice de este secreto, sigue pensando que la política solo trae problemas y enemigos. Por eso decidió no hablarnos nunca del activismo de mi padre y en concreto no contarme este detalle a mí. De nada le sirvió "protegernos" porque tanto mi hermano como yo hace años que decidimos participar en ella implicándonos públicamente. En los años 80-90 la política municipal en Espartinas era complicada. No era fácil hacer oposición. Las mayorías absolutas pesaban el doble o el triple de lo que lo hacen ahora. Pero aun así existían personas valientes que lo intentaban. Y una de esas personas era nuestro padre. Así que los primeros Plenos Municipales que se grabaron en Espartinas fueron los de él y no los míos. Nunca se publicaron en ningún sitio, al menos que yo sepa. Supongo que estas grabaciones servían de apoyo documental a su lucha política, a sus escritos y se utilizaban en reuniones con otros ciudadanos y partidos de la oposición. Prometo compartirlas algún día.

Mi implicación en política no deja de ser un homenaje a alguien que ya lo hizo comprometido con sus ideas y con sus vecinos. Nunca lo he negado y quizá mi furia, mi impulsividad y mi rabia se deban en gran medida a que él nunca verá lo que hago, digo y pienso. Creo que la única oportunidad de conocer a seres humanos increíbles es la que tenemos cuando nos regalan la vida y tras la que no queda nada si se acaba. Sin embargo, aunque esa sea la triste realidad contra la que no puedo hacer absolutamente nada, sí puedo ver lo que él hacía y cómo sin saberlo, sin sospecharlo, he recibido la mejor de las herencias. Siento que he terminado algo que él empezó años atrás cuando yo apenas sabía escribir. Y todo ha cobrado sentido, por eso habrá que seguir informando.