Hace meses buscando unos documentos di con
una caja olvidada en el trastero de casa con objetos personales de mi padre. Mi
madre me estaba ayudando a sacar libros y fotografías cuando apareció de
repente. Era la grabadora de mi padre. Casi intacta, aún tenía la cinta que
supuestamente estaba utilizando cuando el aparato dejó de funcionar la última
vez. Mi madre admitió que se trataba de la grabadora que mi padre se llevaba a
los Plenos Municipales en 1993, un año antes de su muerte. Mi padre se guardaba
la grabadora en un bolsillo de su americana y se sentaba en primera fila del
salón de plenos. Supongo que desconocía que estos actos eran (y son) públicos,
que no hacía falta que ocultara el aparato. Yo se lo habría explicado con toda
la documentación que he ido acumulando durante años, con todo lo que me han
enseñado otros amigos y compañeros. Le habría dicho que la libertad de
información, esa que él ejercía sin ser consciente, es un derecho que ya peleó
en su juventud, y que ganó. Habríamos grabado plenos juntos de no ser yo tan
pequeña e inconsciente por aquellos años. Habríamos grabado plenos juntos si su
destino no hubiera sido morir joven. Habríamos discutido sobre mi impulsividad
y mi genio a la hora de hacer las cosas. Habríamos estado en el mismo barco en
esto y en otras tantas historias, qué duda cabe de eso. Mi madre, cómplice de
este secreto, sigue pensando que la política solo trae problemas y enemigos.
Por eso decidió no hablarnos nunca del activismo de mi padre y en concreto no
contarme este detalle a mí. De nada le sirvió "protegernos" porque
tanto mi hermano como yo hace años que decidimos participar en ella
implicándonos públicamente. En los años 80-90 la política municipal en
Espartinas era complicada. No era fácil hacer oposición. Las mayorías absolutas
pesaban el doble o el triple de lo que lo hacen ahora. Pero aun así existían
personas valientes que lo intentaban. Y una de esas personas era nuestro padre.
Así que los primeros Plenos Municipales que se grabaron en Espartinas fueron
los de él y no los míos. Nunca se publicaron en ningún sitio, al menos que yo
sepa. Supongo que estas grabaciones servían de apoyo documental a su lucha
política, a sus escritos y se utilizaban en reuniones con otros ciudadanos y
partidos de la oposición. Prometo compartirlas algún día.
Mi implicación en política no deja de ser un homenaje
a alguien que ya lo hizo comprometido con sus ideas y con sus vecinos. Nunca lo
he negado y quizá mi furia, mi impulsividad y mi rabia se deban en gran medida
a que él nunca verá lo que hago, digo y pienso. Creo que la única oportunidad
de conocer a seres humanos increíbles es la que tenemos cuando nos regalan la
vida y tras la que no queda nada si se acaba. Sin embargo, aunque esa sea la
triste realidad contra la que no puedo hacer absolutamente nada, sí puedo ver
lo que él hacía y cómo sin saberlo, sin sospecharlo, he recibido la mejor de
las herencias. Siento que he terminado algo que él empezó años atrás cuando yo
apenas sabía escribir. Y todo ha cobrado sentido, por eso habrá que seguir
informando.